Programa Universitario de Bioética

¿Qué es un programa universitario?

Los Programas Universitarios fueron creados durante la rectoría del Dr. Octavio Rivero Serrano, con la finalidad de conectar horizontalmente diversos esfuerzos sobre un tema que se trabaja en distintas áreas de la Universidad. En ese sentido los programas universitarios reúnen a diversos especialistas de todas las facultades, centros e institutos para lograr un enfoque holístico sobre su objeto de estudio. Por ello, los programas cuentan con un personal limitado, pero conjuntan a una vasta cantidad de académicos de la UNAM para analizar problemas desde las más diversas especialidades que existen en nuestra universidad.

Historia

A pesar de ser un programa joven, el PUB ya cuenta con una larga historia que se remonta a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, cuando en 1998 la Dra. Juliana Gonzáles Valenzuela fundó el Seminario de Investigaciones Éticas. Cuatro años después, éste se transformó en el Seminario de Ética y Bioética (SIETyB) de la UNAM. Finalmente, el 13 de septiembre de 2012 se creó, por acuerdo del mismo rector, el Programa Universitario de Bioética (PUB), adscrito a la Coordinación de Humanidades. Este se inscribió en el Plan de Desarrollo de la Rectoría 2011-2015 como parte de las acciones de reorganización y reforzamiento de áreas de innocvación en la docencia, la investigación y la difusión de la cultura.

El Comité Directivo del Programa fue instalado el 12 de octubre de 2012, quedando como director el Dr. Jorge E. Linares Salgado, profesor titular de la Facultad de Filosofía y Letras. Al no contar al inicio con instalaciones físicas propias, el PUB comenzó sus operaciones oficialmente hasta la primavera de 2013.

El primer cambio en la dirección tuvo lugar el primero de abril de 2017, cuando la Dra. Paulina Rivero Weber fue nombrada por el rector, Dr. Enrique Graue Wiechers, como la nueva directora del Programa. Posteriormente en enero de 2023, asumió la dirección la Dra. Jennifer Hincapie Sanchez.

Misión y visión

Misión

Investigar, educar y divulgar en temas de Bioética a nivel nacional e internacional, así como capacitar y asesorar a las entidades que así lo requieran. Para ello fomentar la participación plural, diversa e interdisciplinaria en donde la Bioética ofrece puntos de análisis para posibles soluciones o situaciones dilemáticas de carácter médico, biológico, sociales y medioambientales por medio del dialogo y la argumentación. De este modo el Programa Universitario de Bioética (PUB) establece puentes entre las ciencias de la salud y la vida.

Visión

Ser líder nacional e internacional en la investigación, la docencia y divulgación de la Bioética en el marco del rigor académico, la pluralidad, la diversidad y la laicidad.

Objetivo

Desarrollar y promover investigaciones inter y transdisciplinarias, así como actividades de docencia y difusión para fomentar un debate social, científico y filosófico riguroso, laico, plural y argumentado sobre problemas contemporáneos de bioética.

Valores

Los valores que sostienen y guían una entidad, ya sea individual o social, son el fundamento desde el cual se opta por una u otra acción. Entre los valores que motivan el trabajo del PUB, debemos destacar al menos los siguientes:

Resulta imposible dialogar con base en creencias personales, por lo cual para cualquier tipo de debate, investigación o propuesta bioética, es importante mantener fuera de este ámbito las creencias personales. La laicidad no exige ser ateos, pero sí demanda no pretender razonar con base en creencias, sino con base en argumentos filosóficos o científicos que puedan discutirse y no sean meros dogmas.

El rigor no es el mismo en la ciencia o en las humanidades, pues “rigor” no es sinónimo de “exactitud”. El rigor académico se fundamenta en razonamientos correctos, se aleja del sofisma, demanda claridad y distinción. El rigor propio del saber universitario no debe nunca fundamentarse en falacias, fanatismos ni creencias personales, sino debe apegarse en todo a la ciencia y al diálogo filosófico razonado.

Respetar es considerablemente más que simplemente “tolerar”. La tolerancia es un principio muy endeble que fácilmente se puede romper, en cambio cuando se pierde el respeto, al menos puede quedar la tolerancia. “Respeto” es un vocablo de la familia latina specere, mirar: respetar es ser capaz de mirar y volver a mirar (re-specere) al otro sin juzgarlo, sino con la intención abierta de comprender y tener consideración hacia una opinión o forma de ser diferente, sin pretender imponer la propia. Parafraseando a la célebre biógrafa de Voltaire: nosotros bien podemos no pensar como el otro, y aun así podemos estar dispuestos a defender su derecho a expresarse: en el respeto a los derechos del otro, se fundamenta la paz social.

La solidaridad para con el planeta y todos sus habitantes es el más importante ingrediente para una actitud activa en la bioética. Vivimos en un planeta vivo, un planeta con magma interno que genera variaciones en las temperaturas y con ello, ha dado lugar al movimiento y la vida. Junto con nosotros, el resto de los habitantes del planeta conformamos una biodiversidad tal que reta a la más extravagante imaginación. Ser solidarios con la vida del planeta es la virtud más elevada a la que, desde la perspectiva de la bioética, podemos aspirar.

La justicia, decía Aristóteles, es la corona de todas las virtudes. A la fecha el ser humano no ha logrado un trato justo ni con los seres humanos ni con el resto de los animales no humanos que habitan el planeta. La bioética pretende exhibir esto, cuestionarlo y proponer soluciones para un mundo mejor.

Todo individuo puede ser autónomo si es capaz de cuestionar y pensar en soluciones diferentes a las establecidas. Su autonomía y libertad tienen como único límite la autonomía y la libertad del otro: de otros individuos humanos o no humanos. Mientras no se dañe a un tercero, todo individuo debe defender su libertad y autonomía para tomar las decisiones que considere correctas para su vida.